En nosotros mismos está el poder para transformar nuestras vidas.

En nosotros mismos está el poder para transformar nuestras vidas y realizar nuestros sueños. El poder es la capacidad para actuar. Lo que hacemos en la vida viene determinado por la manera de comunicarnos con nosotros mismos. Lo que nos decimos, la manera de movernos y nuestras expresiones faciales nos llevan al éxito. Es la actitud para ponernos en acción.

La comunicación es poder, la forma en que nos decimos y sentimos, la forma en como nos comunicamos con los demás. Lo que une percibe no es el resultado de lo que ocurre en la vida, sino la interpretación que damos a eso que ocurre. Somos la única persona que puede decidir cómo quiere sentirse y actuar frente a eso que sucede. Uno no «cae» en una depresión, sino que uno la crea, y lo mismo con cualquier resultado de la vida, mediante acciones mentales y psíquicas determinadas. Se necesita a un enfermo para caer una depresión Quienes llevan mucho tiempo viviendo así acaban por encontrarlo cómodo. Es cómodo vivir instalado en la queja y el sufrimiento, pero uno puede cambiar sus acciones mentales y físicas, y modificar inmediatamente sus emociones y comportamiento. Se puede entrar en éxtasis inmediatamente si uno lo desea, adoptando el punto de vista que produce esa emoción. Traiga a su mente un momento de felicidad vivido con anterioridad y cambie el contenido de su diálogo interno. Adopte la postura y ritmo de respiración específico. Ya está usted experimentando dicha alegría. Lo mismo con cualquier otra emoción.

La fórmula definitiva. El primer factor es definir con precisión lo que se quiere conseguir y el segundo es pasar a la acción. Agudeza para saber si los resultados son los deseados y flexibilidad para cambiar hasta conseguir nuestra meta.

Aprender a regir nuestro cerebro en la manera de comer, respirar, caminar, pensar. Pasar a la acción pese al miedo programado, Encontrar dentro de nosotros los recursos que todos tenemos y que en muchas ocasiones no somos conscientes de ello. El poder mágico que todos albergamos. Aprender a poner en marcha y utilizar nuestra mente y nuestro cuerpo de una forma más poderosa y provechosa.

Siete rasgos fundamentales: 1.La pasión, la energía y el impulso para progresar. 2.La fe, en lo que somos y podemos llegar a ser determina con exactitud lo que seremos. 3.La estrategia, la manera de organizar nuestros recursos. 4.La claridad de los valores. El sistema de creencias nos sirve para juzgar lo que está bien y lo que está mal en nuestras vidas. Tener una noción clara de lo que es importante para nosotros. 5.La energía. Apoderarnos de las oportunidades y darle forma. Ver las ocasiones de cada día. Necesitamos energía física, intelectual y psíquica. 6.Poder de adhesión. Talento para conectar y establecer relaciones con los demás. 7.Maestría en la comunicación. Aceptar cualquier desafío que nos presente la vida y observa el modo en que nos comunicamos con nosotros mismos y los demás.

Todo esto requiere un esfuerzo, una acción perseverante. Veremos así el triunfo, nuestra mejor versión, el cambio y la transformación para una vida plena.

En la existencia de todo individuo siempre hay un momento en que se pone a prueba todos los recursos de que dispone. La vida parece absolutamente injusta y nuestra f, valores y paciencia se ven forzados. Para algunos es una oportunidad de aprendizaje mientras que para otros es una experiencia que les destruye. Es una elección que debemos hacer. Es nuestra decisión de cómo ver el mundo. ?A qué se debe que muchos vivan felices pese a peores adversidades y que otros que lo tiene todo estén llenos de rabia y desesperación?

Debemos generar estados óptimos de disponibilidad de nuestros recursos, de todo nuestro potencial. Dirigir mi mente, mi cuerpo y mis comunicaciones para producir resultados excelentes.

  1. Sistema de creencia: Limitantes o potenciadoras. Si creo que algo es factible o no determina mi capacidad para hacerlo o no.
  2. El modo en que organizo mis pensamientos
  3. La fisiología, es decir, la vinculación entre mi mente y mi cuerpo. La manera de respirar, la postura, la actitud corporal, la expresión facial determinan mi estado emocional y éste mi comportamiento.

Hay estados que potencian la confianza, el amor, la seguridad y la alegría que liberan fuentes inagotables de poder personal. Modelemos esos estados y encontraremos con nuestra mejor versión. La clave es hacernos dueños de nuestro estado, y por tanto, de nuestro comportamiento.

Tonny Robbins