Quiero hablar un poco de cómo el Yoga reeduca nuestro cuerpo físico, y nuestro cuerpo emocional, espiritual y sutil.
Una de las cosas más importantes que nos da el Yoga es el ajuste y alineamiento estructural. La vida diaria, el trabajo, las malas posturas, las horas conduciendo, al ordenador, los hijos, los deportes de impacto, los tacones, y un sinfín de cosas, van restando movilidad al cuerpo, y le sacan de sus líneas puras, de su verticalidad que es donde está la salud, y restan espacio articular y movilidad muscular. A veces no nos damos cuenta de que la restricción de movimiento en una zona del cuerpo, no solo va afectar a esa zona, sino al conjunto de estructuras, órganos internos, y que además tiene un factor emocional.
A nivel de la estructura, imaginad una cadera con falta de movilidad. Puede que nos duela esa cadera, afectando a la espalda, y la articulación del sacro en mayor o menor medida, pero también puede que el dolor se traslade a la otra cadera, ya que tiene que asumir un trabajo doble, que no le corresponde, y tendremos un bloqueo a nivel de la pelvis muy severo: una cadera con falta de movilidad, y otra con dolor por asumir mucho de lo que no debería.
No es un caso que me esté inventando aquí sobre la marcha, es algo que a nivel de la pelvis ocurre con mucha frecuencia. Imaginaos los órganos internos de la pelvis como están con esa falta de movilidad armónica en la zona. Si muscularmente el suelo de la pelvis se ve afectado, parece evidente pensar que lo que contiene esa pelvis puede verse comprometido. Y ojo aquí, que siempre se habla del trabajo del suelo de la pelvis, pero es que este también necesita descanso como el que se le da en muchas posturas restaurativas. Como cualquier musculatura, también necesita reposo, ojo. Pero bueno, eso es otro tema.
El Yoga y la línea o eje de gravedad del cuerpo
Siguiendo con la estructura está la línea de gravedad. Es sabido que una de las primeras causas de lesiones es el sacar al cuerpo fuera de su línea de gravedad. Una de las primeras cosas que va a mirar el fisio u osteópata es mirar esa línea de gravedad y a que niveles está afectada. Puede ser por el uso de tacones, por el uso del móvil u ordenador como comentaba antes, pero también por un aspecto emocional. Creo que no estoy diciendo nada que no sepamos todos: así como nos afectan las cosas emocionalmente, forman en muchas ocasiones nuestra forma de movernos, caminar, o gestos que se nos quedan como el de la cabeza adelantada, el pecho hundido, los pies agarrotados o el cuello milimétricamente ladeado. No voy a hablar de cómo la emoción afecta al cuerpo porque parece evidente, pero sí que quiero indicar que, si el cuerpo es afectado por la emoción, también podemos darle la vuelta a esto, y que la emoción se vea afectada por el cuerpo. Las emociones, el cuerpo sutil y el espiritual, pueden ser cambiados por el cuerpo, y aquí es donde entra el Yoga.
Siempre recuerdo una pregunta que le hicieron al Maestro Iyengar hablando de que si el Yoga es solo físico o no. El maestro Iyengar simplemente contestó: ni siquiera puedes sentarte en una silla solo físicamente. Que brillante, no creéis.
Con lo que tenemos la estructura física que se ve afectada por factores externos puramente físicos y también por factores emocionales. Y podemos pensar que a nivel emocional también nos afectan las propias emociones, y cómo está nuestro cuerpo físico. Y aquí, como digo, es donde entra el Yoga.
El nivel de profundidad a la que trabaja el Yoga
Estructuralmente hablando, y metiendo aquí el cuerpo en su conjunto, la manera en como trabaja el Yoga es inmensamente interesante. Lo primero es que se trabaja a un nivel de variedad y profundidad que no deja nada fuera. Fijaos en que hacemos posturas de todo tipo: hacía delante, hacía atrás, inclinaciones laterales, posturas invertidas, torsiones…pero es que además, se combinan en algunas posturas muchas de estas variedades, lo que le da una profundidad y un impacto positivo realmente increíble. Además, el trabajo es equilibrado ya que las posturas se hacen hacia los dos lados, con lo que obligamos a esa cadera con restricciones que decíamos antes a implicarse en los movimientos, de manera que pueda empezar a asumir su trabajo, despertando postura a postura y permitiendo que la otra cadera pierda su factor hipermóvil que había tenido que asumir. Al trabajar la musculatura por igual en los dos lados, y siguiendo con el caso de las caderas, si la buena, la que nos dolía por asumir ese trabajo de más, se había visto afectada no solo la articulación sino a nivel muscular, el trabajo armónico y mantenido en el tiempo de los dos lados del cuerpo, va a permitir que se recobre el equilibrio entre lados. Y ahí, la articulación del sacro podrá trabajar simétricamente y en la espalda volverá a ascender la musculatura de forma armoniosa.
Pero también haremos posturas invertidas y torsiones, que masajearán órganos internos y les permitirá trabajar de otra forma más tranquila y sosegada, quitando las tensiones viscerales que a veces tenemos.
Con lo que, como vemos, el trabajo del Yoga sobre la estructura, equilibra cada parte del cuerpo y lo pone en su lugar. Por eso necesitamos practicar cuantas más posturas mejor. incluso aunque no llevemos tiempo practicando, podemos incluir muchas posturas en nuestra secuencia de Asanas ya que la ayuda del material y saber como entrar en las posturas, nos permiten esa variedad en las asanas para que rápidamente podamos poner la estructura en sus sitio. Así que deberíamos ver que a la escuela que vamos a practicar Yoga, nos presentan una variedad de Asanas elaborada, con secuencias pensadas para que esa estructura de la que hablamos, se vea tocada con cada nuevo grupo de posturas.
El impacto del yoga en el cuerpo sutil
Esa variedad e intensidad es precisamente lo que va a tocar en el cuerpo emocional y sutil. Si practicas Yoga no creo que te tenga que hablar de las sensaciones tan profundas y positivas que tenemos después de la práctica. Esto es claro. La sensación que tenemos tras acabar nuestra práctica es la de limpieza emocional, limpieza del cuerpo sutil y claridad mental. ¿No afecta eso a nuestro día a día entonces? Si el hecho de hacer meditación ya nos ayuda a mejorar como personas, mejorar con la relación que tenemos con nuestro entorno y a tener más claros nuestros objetivos, con el Yoga pasa igual. La cantidad de puntos energéticos sutiles que se tocan con esa profundidad y variedad en las Asanas es enorme, y eso limpia toxinas emocionales y bloqueos mentales profundos. Con el Pranayama podemos ver verdades que nos habían estado tapando nuestras vendas, esas que nos ponemos nosotros mismos en los ojos. Pero da igual que sepamos como se llaman los canales energéticos. da igual que sepamos de los Vayus, los Nadis o los Chakras. Da igual, exactamente igual. Si nuestra práctica es precisa y variada, todo eso va a ser tocado y nos vamos a beneficiar de ello. Por eso se insiste tanto en la perfección y refinamiento de la postura, porque cuanto más las mejoremos, más impacto positivo tendrá en nuestro cuerpo sutil. Centrémonos en las posturas.
Debemos olvidarnos del profesor, de los compañeros de práctica e incluso de lo que pensamos que puede haber en ese cuerpo sutil. El Asana es lo importante, y si nos centramos en ella nos dará ese beneficio físico, ese beneficio emocional y espiritual que tanto anhelamos.
Así el Yoga puede reeducar lo que vemos y lo que no vemos. Con una variedad e intensidad en la práctica capaz de romper barreras físicas y emocionales.
Espero que me sigas acompañando en este pequeño y humilde viaje de Yoga, y que podamos seguir aprendiendo todos juntos, porque al final ese es el objetivo del Yoga y de la vida. Jorge Caballero.