Todos hemos sido programados para ver la vida a través de un sistema de creencias rígido y obsoleto. Estamos condicionados por la memoria del pasado para percibir una realidad siempre cambiante, que hemos fabricado una idea de nosotros mismos totalmente distorsionada y limitada, que nos roba el poder creador que poseemos. Si cambias las gafas o el prisma con el que miras, tu realidad cambia. Debemos pararnos a pensar cómo pensamos. ¿Cómo? Aprendiendo a interrumpir el modo habitual de pensar, la forma convencional de verlo todo. En definitiva, ser radical y soltar las viejas costumbres.
Una vida no examinada no merece la pena ser vivida”. Sócrates.
¿Qué es la rendición? Rendirte es aprender a conectar con la sabiduría de tu corazón. Se trata de hacer el viaje desde tu mente condicionada a tu esencia más profunda.
Debes aprender a ponerte en contacto con la más profunda y pura esencia de tu ser. Esta esencia verdadera va más allá del ego, no conoce el miedo. Es libre, es inmune a la crítica. No le teme a ningún reto, no es inferior ni superior a nadie. Está lleno de magia, misterio y encanto. Deepak Chopra.
Rindiéndote entrarás fácilmente en el flujo natural de la vida, donde todo sucede con facilidad y sin esfuerzo. Se trata de un simple reajuste, de un cambio de percepción o de paradigma. La completa rendición del ego implica una liberación. Lo que antes tenía importancia ahora deja de tenerla y tus prioridades cambian radicalmente. Dejas de querer controlar la vida, de luchar para que se adapte a tus preferencias. Permaneces en un estado de quietud interior y aceptación. Rendirse NO es resignarse. La rendición te empodera mientras que la resignación te frustra y paraliza. Rendirse es aceptar “lo que es” (porque no te queda otra opción que aceptarlo si no quieres sufrir), abrirte a vivirlo plenamente (aunque no te guste o no sea lo que querías), sentirlo sin resistencia, para luego poder cambiarlo.
Lo único que te hace sufrir es lo que no aceptas, creemos que tenemos el control de nuestras circunstancias, luchamos, pero en realidad no controlamos nada. 
Bruce Lipton, doctor en medicina y biología celular y autor de “La biología de la creencia”, confirma que podemos cambiar nuestra biología cambiando nuestras creencias. Gracias al descubrimiento de la neuroplasticidad, sabemos que todos podemos ser arquitectos de nuestro cerebro. Entrenando la mente podemos crear nuevas conexiones neuronales y cambiar formas de pensar, de sentir y de comportamiento, que no nos conducen a la realidad que anhelamos.
La autoindagación, como la misma palabra dice, es la indagación en uno mismo. Dicho de otra forma, es la continua investigación de tu verdadera identidad. Sentarse en soledad, cuestionarse, escuchar el silencio y entrar en el estado de quietud interior, dónde florecen fácilmente todas las respuestas. Nadie puede hacerlo por ti. La práctica consiste en lo siguiente: cuando aparece el torrente incesante de pensamientos que distraen tu atención, por ejemplo cuando estás meditando o en alguna circunstancia adversa, mentalmente hazte esta pregunta: “¿quién soy yo?”, respira conscientemente y en lugar de esperar una respuesta intelectual, enfócate en el centro de tu corazón y siente la presencia impersonal que eres. Se trata de sentir y no de pensar. Sólo con la rendición completa de tu ego serás libre de verdad. No se trata de dedicar un tiempo a la espiritualidad sino de “ser” quién eres en todo momento. 
La clave para vivir en plenitud y paz es el equilibrio entre el «ser» y el «hacer». Ejemplos de “ser”:
- Escucharte más activamente. Hablar menos. Hacer una dieta de palabras.
 - Contemplar la naturaleza, montaña o mar.
 - Escuchar música para relajarte y elevar tu vibración.
 - Leer libros inspiradores que expandan tu conciencia.
 - Llevar un estilo de vida saludable. Cuidar tu templo: el cuerpo.
 - Hacer caso a la intuición y poner atención a las sincronicidades.
 - Ponerte en el rol de observador sin crear historias mentales.
 - Mantenerte en una actitud abierta y humilde de “no sé”.
 
Ser es vivir en un estado natural de pura presencia. Es estar centrado en el único momento que existe: aquí y ahora. El problema es que ante cualquier situación que pueda alterar la comodidad o familiaridad, es decir, ante la incertidumbre o novedad, la mente activa el modo de supervivencia y así seguimos reaccionando como siempre. Aunque pueda costar reconocerlo, somos los únicos responsables de la realidad que vivimos.
Tu inconsciente no diferencia si lo deseas o no, si lo estás imaginando, soñando o temiendo, simplemente manifiesta aquello en lo que te enfocas. Es importante enfocarse en lo que sí deseas y olvidarse de lo que no quieres. Date cuenta de que además de poner tu atención en lo que sí anhelas, si te enfocas en lo que ya eres, en lo que ya has conseguido, lo que ya funciona en tu vida, en tus cualidades, talentos, etc., te sentirás bien. Y sintiéndote bien tendrás más energía y motivación para pasar a la acción. Gracias a la observación interna nos damos cuenta de que hay algo que se mantiene constante e igual, pase lo que pase en el mundo exterior o en el cuerpo, las emociones o la mente. Practica la observación neutral, sin juzgarte ni etiquetar nada como bueno/malo, correcto/incorrecto, etc. A lo largo del día, obsérvate como si fueras el actor.
La ley del espejo afirma que lo de fuera refleja algo de ti. Lo que te molesta de los demás es algo que no aceptas de ti mismo, no reconoces como tuyo y te molesta de ti. Lo que admiras en los demás también lo tienes tú. Quizá se trata de un potencial que aún no has desarrollado.
“Gracias por esta experiencia que estoy viviendo que, aunque no comprendo ni me gusta, sé en el fondo de mi corazón que es lo que necesito. Ya la comprenderé más adelante. Confío plenamente en la vida…”.
Monica Fusté. El poder de la rendición.
IPP. Sergio fernandez